«–Ni siquiera los propios semidioses y los demonios rakshasas, yaksas, gandarvas y nagas han sido capaces de tensar este poderoso arco, ¿cómo podría, pues, un simple mortal pretender tensarlo?»
«Después de enjugarse las lágrimas, Laxman se procuró un barco, acompañó a Sita a cruzar el Gagnes […]»